
La ropa te queda grande y el corazón se te está quedando pequeño.
No miras a los ojos de la vida y te escudas tras la espalda de la indiferencia, dejando que eso haga de ti lo que eres ahora.
La sombra de tus demonios te aterroriza todas las noches, y ocupa tu mente todas las mañanas.
Y le preguntas al aire que es lo que has hecho mal.. y el te responde con esos susurros silenciosos que tanto te llenan.
Te estás perdiendo, y eso te está matando. El corazón se hizo más débil, y tu rostro se nota cansado.
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