
Me siento seca, como si alguien se hubiera llevado todos mis besos a un lugar lejano donde nunca más podría sentir el roce de sus labios, alimentando mi sed, y saciando mi hambre.
Sin él cerca, me siento mal.
Y a veces pienso que tan solo con una caricia de sus finos y largos dedos, o con un susurrar de su voz, el vacío daría lugar al gozo; lo hueco se haría fuerte, y lo seco se haría húmedo.
Por que tán solo con un pedazo de él, yo me recompongo.
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